viernes, 22 de junio de 2018

Quito no estaba preparado para brindar atención a venezolanos, por @lahoraecuador ‏




La Hora 21 de junio de 2018

Rodeados por sus maletas, cartones y otros materiales que recibieron como donaciones, grupos de venezolanos esperan a diario en las terminales de Carcelén (norte) y de Quitumbe (sur). La mayoría quiere seguir su camino hacia Perú y pocos buscan un trabajo para quedarse por algún tiempo.

Las imágenes de familias durmiendo a la intemperie en la frontera con Colombia, cada vez se han acercado más a Quito como una realidad. En los alrededores de las terminales de transporte terrestre es común ver a personas sosteniendo carteles solicitando ayuda, para continuar con su viaje. Un equipo de La Hora constató que al menos 130 personas se refugian en los dos puntos.

El último mes se han realizado reuniones entre diferentes instituciones estatales y organizaciones no gubernamentales, que prestan apoyo a los refugiados. En varias ocasiones, las autoridades han calificado como una situación que tomó por sorpresa a Ecuador.

El secretario de inclusión social de Quito, César Mantilla, dijo en una entrevista a este diario que “Ecuador se convirtió en un país de tránsito, lo cual no se esperaba”.

Fernando López, director nacional del Servicio Jesuita a Refugiados, de su parte, mencionó que se trata de una “situación de emergencia humanitaria, que no se reconoce como tal, pero que tiene esas características por la cantidad de personas que están llegando”. Desde la red eclesiástica Clamor se establecen acciones de ayuda, entre ellas, la apertura de las parroquias a recibir a lo viajeros.

Según López, las tres últimas semanas la situación de los venezolanos que están en tránsito se ha agudizado en Quito, lo cual no se esperaba. La institución que está en Ecuador desde hace 18 años, ha sido testigo del gran número de refugiados de varias partes del mundo que ha acogido el país. También está la situación de los colombianos, quienes siguen desplazándose a pesar de los diálogos por la paz. El cambio de Gobierno en el vecino del norte será un factor que determinará algunas de las condiciones en los próximos meses, comentó el directivo.

Situación en Carcelén

Ayer al menos 100 personas de todas las edades permanecían en el parqueadero de la terminal de Carcelén. Se resguardaban del sol de mediodía bajo la sombra del edificio de la administración y junto a dos pilas formadas por cerca de 50 colchones que fueron donados en días anteriores.

Omar Acosta, de 36 años, a quien conocen como el ‘Profesor’, conversaba con sus compatriotas acerca de la organización del lugar. “En Venezuela decimos que después del desorden ‘hay que organizar la pea’”, dijo el venezolano, quien regresó de Perú hace 28 días.

Desde su retorno acude a diario a la terminal para ayudar a su gente. Comentó que hace un mes que él pasó por Quito y la situación era distinta. Él ayudó a distribuir las donaciones y testificó la colocación de las baterías portátiles que se instalaron ayer por la mañana y de los puntos de hidratación que están desde el sábado.

Todavía no se instalan las carpas que se ofrecieron hace más de una semana, cuando se denunció un intento de desalojo de las personas que dormían en la terminal. Según información de la Secretaría de Inclusión Social del Municipio, no se instalarán en el lugar sino que se ubicará una carpa informativa del Viceministerio de Movilidad Humana.

En Quitumbe

En la terminal de Quitumbe la situación es distinta. Los grupos se refugian en la sala de espera del primer piso del edificio, junto a las oficinas de información turística. Un grupo de dos mujeres y un hombre venezolanos llevan una semana en ese lugar.

Llegaron desde Colombia en un grupo de 12 personas, entre familiares y amigos, pero la mayoría ya consiguió trabajo o se desplazó hacia otras ciudades. Después de cuatro meses de vivir debajo de un puente en Bogotá la menor de los tres, ‘Karen’ (nombre protegido), de 19 años, decidió seguir hacia Perú. Comentó que la situación es difícil para quienes viajan sin dinero, pero aclaró que “cualquier cosa es mejor que volver a Venezuela”.

Junto a ella, ‘Juan’ (nombre protegido), de 29 años, también esperaba reunir el dinero para seguir el trayecto que empezó hace un mes. A pesar de que la gente les colaboró con alimento y cobijas, el caraqueño contó que han llegado personas que han intentado desalojarlos. Otros han tomado fotos que luego difunden en las redes sociales.

Durante el día, hay 10 personas que permanecen sobre el piso de baldosa junto a sus maletas. Por la noche, se reúnen con quienes salieron a buscar algún trabajo temporal y forman un grupo de al menos 30 personas. Todos anhelan llegar a Perú o establecerse en Quito, para enviar dinero a quienes continúan en Venezuela. (PCV)

Tres caminantes buscando un futuro

°  Cuando Antonio Mota, de 35 años, dice que llegó a Ecuador caminando, es literal. Durante nueve días, él y dos de sus compatriotas caminaron desde Barranquilla hasta la frontera entre Colombia Colombia y Ecuador. Hubo tramos en los que pidieron “cola” (aventón) pero la mayor parte tuvieron que andar.

Los tres esperan a que les envíen los pasajes de bus de Quito a Huaquillas sentados en una de las bancas de la sala de espera de la terminal Quitumbe. Su destino será Lima, donde reside una prima de Mota. Su viaje desde Aragua (centro norte de Venezuela) lo inició con Héctor Ojeda, uno de sus amigos cercanos, y en Colombia conoció a Jesús Pérez, de 19 años.

Durante el trayecto pernoctaron en muchos lugares, como las oficinas de migración al ingresar al país. Hicieron una fila de casi un día entero. Las anécdotas de su caminata son muchas. Una que será imborrable es la de cuando les robaron en Sincelejo (Colombia). A Mota se le llevaron hasta los zapatos.

Después de más de seis meses lejos de su patria, sus trabajos anteriores se volvieron recuerdos. Mota tenía una bodega de productos (tienda de abarrotes); Ojeda trabajaba en grifería y Pérez era tatuador. Esperan que su paso por Ecuador sea breve y llegar a su destino para ayudar a sus familias.

Mi opinión en 60 segundos

María Clara Martín - Representante Acnur Ecuador

‘Esta es una situación que debe resolverse a escala regional’

° Tenemos una población que está saliendo de Venezuela en números muy altos. La mayoría pasa por el puente Rumichaca, aunque hay quienes también entran por el municipio colombiano de San Miguel. Algunos están llegando en condiciones de salud muy serias. Ante una situación relativamente nueva se están tomando acciones inmediatas, para asistir a las personas más vulnerables en coordinación con la Cancillería Ecuatoriana y otras organizaciones vinculadas al trabajo con refugiados. 

El éxodo de venezolanos es una situación sin precedentes en América Latina y en Ecuador es relativamente reciente, pero es algo que debe resolverse a escala regional porque el tránsito no es solo en Ecuador, sino que hay gente que está movilizándose en Colombia y en otros países.



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