AFP 29 de agosto de 2018
El presidente chileno, Sebastian Piñera, y
el jefe del gobierno español, Pedro Sánchez, dejaron claro que no planean
practicar una política injerecista pero que la comunidad internacional debe
"acompañar ese diálogo"
España y Chile se
mostraron dispuestos a ayudar a que Venezuela supere la crisis
que ha llevado a la diáspora a más de dos millones de personas, anunciaron este
lunes los mandatarios de ambos países.
"Para
que Venezuela encuentre pronto una solución se va a requerir
la ayuda de todos los países", dijo el presidente chileno Sebastián
Piñera, quien espera que España juegue un rol de liderazgo
en Venezuela, como lo ha hecho en otras crisis en Latinoamérica.
"Nuestra
política como país es hacer todo lo que esté a nuestro alcance para que Venezuela recupere
su democracia, su estado de derecho y el respeto de los derechos humanos",
dijo Piñera en una conferencia de prensa conjunta con el presidente del
gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, que inició este
lunes en Santiago una gira que lo llevará además a Bolivia, Colombia y Costa
Rica.
Sánchez,
por su parte, dejó claro que España "no tiene una
política de injerencia en la política latinoamericana", aunque ve la
"crisis que se viene larvando desde hace mucho tiempo con profunda,
profunda preocupación".
Venezuela,
dijo, "tiene que abrir un diálogo consigo misma, entre venezolanos,
para encontrar una solución a esta crisis política", aunque la comunidad
internacional debe "acompañar ese diálogo", dijo el recientemente
designado presidente del gobierno, que aseguró que Madrid "estará
acompañando de forma activa, con un país que es tan próximo con nosotros".
Ante
la crisis humanitaria que ha llevado a más de 2,3 millones de venezolanos a
buscar una nueva vida en el extranjero (7,5% de la población), Sánchez señaló
que lo "importante no es olvidarse de los venezolanos",
ni de los que están emigrando ni de los que viven en el país.
Piñera
volvió a su vez a pedir al gobierno de Nicolás Maduro que "acepte la ayuda
humanitaria que en múltiples ocasiones los países de América Latina le hemos
ofrecido para aliviar el dolor y el sufrimiento del pueblo venezolano".
El
mandatario conservador chileno aseguró que en Venezuela "hoy
en día no hay democracia, no hay separación de poderes, no hay respeto a los
derechos humanos, no hay estado de derecho. Y hay algo que puede ser mucho más
grave: está viviendo una profunda crisis humanitaria", producto del
"descalabro económico", pues el Producto Bruto Interno "es menos
de la mitad de lo que fue hace 12 años atrás".
"El
80% de la población vive en una pobreza extrema", sostuvo.
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