Tele 13 04 de agosto de 2018
La escasez de profesionales e insumos
médicos en los hospitales hicieron que Armando y Selene Lobo vivieran una
situación límite con su hija de 11 años.
En
medio de una hiperinflación y la escasez extrema de medicamentos que ha
sumergido a Venezuela en una crisis que no parece mejorar, la familia de
Armando Lobo tuvo que tomar una drástica decisión en enero pasado y que
cambiaría sus vidas.
Sara,
de 11 años, hija de Armando y Selene Lobo, tenía apendicitis y la escasez de
suministros médicos y quirófanos venezolanos significaba que casi podría haber
muerto. El régimen socialista de Maduro no era un lugar para criar a sus hijos.
Es así
como el 28 de enero decidieron dejar Venezuela con sus pertenencias más
importantes, sus tres hijos y partieron rumbo a Chile en un viaje de 8 mil
kilómetros.
Sin
GPS alguno tuvieron que navegar por la peligrosa Amazonía brasileña y las
montañas peruanas de los Andes en su camino hacia un futuro mejor. Resultó
ser una aventura de 28 días, la mayoría de los cuales captaron con fotos.
Dos
terribles días que fueron decisivos para dejar Venezuela La noche del 11
de enero, Sara fue llevada al hospital militar en Isla de Margarita y los
médicos la enviaron a su casa y le aconsejaron a sus padres que regresaran a la
mañana siguiente si el dolor persistía.
Y así
lo hicieron, y en un examen médico de rutina, su condición fue confirmada. Sin
embargo, debido a la falta de médicos y suministros médicos adecuados, se
recomendó a la familia visitar el Hospital Luis Ortega, que solo tenía dos
cirujanos pediatras en su personal.
Lobo
recordó que apareció a las 06:00 horas el 12 de enero y esperó incontables
horas a la cirujana, quien detuvo su llegada cada vez que la contactaban.
Se molestó en aparecer e incluso se negó a ayudar al pediatra de la familia
para que le recetara el medicamento adecuado que podría administrarse
temporalmente, ya que la piel de la niña cambiaba constantemente de
color.
Gracias
al médico de familia y al esposo de su cardiólogo, otro cirujano pediatra le
ofreció su ayuda.
La
familia visitó dos clínicas en busca de un radiólogo para realizar una
resonancia magnética, y terminó volviendo a la primera cuando el radiólogo
finalmente se presentó para administrar el examen requerido antes de la cirugía
en el Hospital Luis Ortega.
Después
de que todo resultó bien en la operación, el hospital le entregó a Armando el
apéndice de Sara porque no tenía formaldehído para preservarlo y realizar
una biopsia necesaria. Armando recordaba haber pasado de una funeraria a otra en
busca del químico que solía preservar los cuerpos para que no se descompongan.
Los
terribles eventos en el transcurso de dos días hicieron que ambos padres
reconsideraran el futuro inmediato de la familia en Venezuela, eligiendo a
Chile como su futura casa de elección debido a la ascendencia chilena de
Selene.
Escasez médica en Venezuela
Un
investigación realizada por la Asamblea Nacional de Venezuela, los primeros
diez días de marzo, y la ONG Médicos por la Salud, reveló que los hospitales
venezolanos registraron una escasez de medicamentos de 88% y una falta de
material médico quirúrgico de 79%.
La
encuesta se realizó en 104 hospitales públicos y 33 privados de 21 estados del
país (de un total de 23) y en la capital, precisó el doctor Julio Campos,
miembro de Médicos por la Salud.
Según
la investigación, 21,9% de las salas de emergencia están fuera de operación,
mientras 70,7% tienen fallas y trabajan de manera intermitente.
El
informe también determinó que 94% de los servicios de rayos X no funcionan, así
como 97% de los de tomografía.
En
Venezuela, sumida en una aguda crisis económica, la escasez de medicinas para
enfermedades de alto costo llega a 95%, en tanto las esenciales, como
hipertensivos, es de 85%, según la Federación Farmacéutica.
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