Óscar Vidarte 24 de agosto de 2018
Existen
consideraciones jurídicas y humanitarias que permiten cuestionar las recientes
medidas impulsadas por el Gobierno Peruano que afectan a los migrantes venezolanos que tratan de ingresar a nuestro
país.
Lo
cierto es que el flujo de migrantes provenientes del país
caribeño no se detiene y, más bien, ha aumentado en las últimas semanas. En ese
sentido, tras las medidas económicas que viene implementando el gobierno de
Nicolás Maduro, se teme que la situación de Venezuelase agrave, generando mayores incentivos en la
población para migrar, sobre todo en la más pobre.
Considerando
lo difícil que resulta conseguir un pasaporte en Venezuela, solicitarlo
equivale a crear una barrera para el ingreso de venezolanos al país. De esta
manera, el gobierno, sin cerrar la frontera, responde a un “clamor popular”
para evitar la presencia de más venezolanos en el país. Lamentablemente, esta
‘demanda’ se sustenta en premisas no demostradas, como creer que la inseguridad
en la ciudad se debe a los venezolanos (algo que no se refleja en las
estadísticas, más allá de algunos casos que han tenido amplia cobertura
mediática), o desconociendo que, según Migraciones, el 90% de venezolanos entre
los 25 y 45 años que han llegado al país son profesionales o técnicos, lo que
constituye una migración altamente educada. Habría que ver también la terrible
situación que comienzan a vivir cientos de venezolanos en la frontera norte, a
la espera de ingresar al Perú. Es claramente una actitud xenófoba, sin ninguna
consideración humanitaria, que el Gobierno Peruano no debería
permitir.
No
obstante, existe otro nivel de análisis que debe tenerse en cuenta: ¿esta
política que restringe el ingreso de venezolanos al Perú, ayuda a los intereses
del país en el plano internacional? La respuesta es negativa.
En
primer lugar, el Perú se ha consolidado en los últimos dos años como un líder
regional en la crítica contra el gobierno de Maduro, y eso es muy importante
para la política exterior del Perú. Si bien los resultados aún son pocos (los
cambios en Venezuela dependen también de otros factores que no
se están dando), posicionar al país en un tema de tanta relevancia regional y
extrarregional resulta clave.
En
este contexto, las políticas asumidas inicialmente, que fueron claramente
favorables para los venezolanos que quisieran venir al Perú, se entendieron
como parte de este liderazgo. La crítica al chavismo iba acompañada de un apoyo
al pueblo venezolano oprimido. Lamentablemente, ponerle fin a estos beneficios
–no olvidemos que los plazos para los permisos especiales se han reducido–
debilita la posición del Perú frente a Venezuela y dentro del
Grupo de Lima, haciéndonos perder legitimidad.
Finalmente,
estas medidas pueden afectar la relación con Colombia, un país que resulta
fundamental para nuestros intereses, no solo por la agenda común, sino también
por nuestra participación en la Alianza del Pacífico. Colombia no ha visto con
agrado que Perú y Ecuador empiecen a solicitar pasaporte, pues esto puede
generar que los venezolanos que escapan de su país, ante la imposibilidad de
viajar a Brasil (por los conocidos casos de violencia), Perú o Ecuador, decidan
quedarse en Colombia. De por sí, Colombia es el país de la región que más
migrantes venezolanos ha recibido en los últimos años.
A
diferencia del Perú y Ecuador, el gobierno de Bogotá no está en la capacidad,
en la práctica, de solicitar el pasaporte, ya que, al ser un país vecino
de Venezuela, la migración continuaría a través de vías ilegales
mucho más riesgosas para los migrantes. Esto también podría suceder en las
fronteras con Ecuador y el Perú, convirtiéndose en víctimas de violaciones a
los derechos humanos, corrupción y trata de personas.
Parece
ser el momento de trabajar un problema que afecta a varios países de América
Latina en forma conjunta y no utilizando vías unilaterales, desde una
perspectiva humanitaria y en aras de no afectar nuestros intereses como país.
El Perú, en vez de convertirse lentamente en una Italia, podría tratar de
liderar este proceso.
Tomado
de: https://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/peru-migracion-venezolana-oscar-vidarte-noticia-549684
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