Carmen Victoria Inojosa 28 de octubre de 2018
No han
sido pocos los esfuerzos de los Estados por atender el desplazamiento de
venezolanos. Sin embargo, la Unicef advierte que en seis países de la región
hay 438.000 niños que requieren protección y asistencia social, médica,
alimentaria y educativa, entre otras.
Caracas.
El desafío migratorio continúa no solo para los padres venezolanos que salen y
cargan a cuestas a sus hijos en los pasos fronterizos. Los Estados de la región
también están llamados a proteger a los niños y adolescentes durante todo el
trayecto migratorio. El informe de septiembre de 2018, Flujo
Migratorio en Latinoamérica y El Caribe, del Fondo de las Naciones Unidad
(Unicef), reveló que, como consecuencia de la crisis en Venezuela, aproximadamente
438.000 menores de edad necesitan asistencia en, al menos, seis países:
Colombia, Brasil, Guyana, Trinidad y Tobago, Ecuador y Perú.
No han
sido pocos los esfuerzos de los Estados por atender el desplazamiento de
venezolanos, que es reconocido como el mayor movimiento de población en América
Latina en la historia reciente. La Organización de Naciones Unidas
calcula que 2,6 millones de personas se han ido de Venezuela desde 2015.
Las
dificultades en los países de acogida y de tránsito persisten. La
Unicef menciona que los niños y sus familias enfrentan desafíos para
regularizar su estatus migratorio, lo que afecta el acceso a protección social,
salud, educación, medios de vida sostenibles y protección infantil.
La
migración irregular está poniendo a los niños en mayor riesgo de
discriminación, violencia, xenofobia, explotación y abuso en los países de
destino”, expresa el organismo internacional.
Los
padres intentan escapar de una soga inflacionaria que les impide proveer de
alimentos a sus hijos en Venezuela. Caritas Venezuela, en un comunicado del
pasado 16 de octubre, citaba datos de la Organización de Naciones Unidas para
la Alimentación y Agricultura (FAO), donde indican que 86 % de las personas que
pasaron hambre en la región son venezolanas.
La
niñez venezolana cruza la frontera y clama protección. Según cifras de la
Unicef, alrededor de 300.000 mujeres venezolanas han ingresado a Ecuador, muchas
embarazadas o con niños en brazos.
Entre
enero y septiembre Ecuador recibió más de 100.000 niños venezolanos, de esos,
30.000 necesitan asistencia alimentaria, atención médica continua,
inmunización, prevención de brotes de enfermedades y deshidratación;
instalaciones adecuadas de albergue y vivienda, con especial atención a niños,
mujeres embarazadas y madres lactantes.
Las
necesidades más urgentes son: Protocolos para la protección de niños no
acompañados e indocumentados en movimiento y sus familias; mecanismos de
protección social, espacios seguros para el tránsito, asistencia en el registro
migratorio para familias con hijos, información y asistencia legal.
En
Brasil, el organismo internacional llama a prestar especial atención a los
grupos indígenas, los grupos étnicos Warao y E’ñepá, que
también migran en grandes cantidades. Son 41.755 niños, de estos, 12.527
necesitan asistencia. Colombia es el país con el mayor registro de niños
venezolanos y alcanza los 356.756.
Para
la Unicef, el gobierno peruano ha tomado medidas destinadas a hacer frente al
aumento de la afluencia de ciudadanos venezolanos; sin embargo, “aún
se necesitan planes de acción claros para aumentar la protección o acceso a
servicios básicos”. Ese país ha acogido a 84.000 niños, 30.000
deberían ser asistidos.
Por su
parte, la Superintendencia Nacional de Migraciones contabiliza que,
aproximadamente, 45.000 ciudadanos menores de 15 años son venezolanos. El
Ministerio de Educación de Perú asegura que 24.000 ya se encuentran estudiando.
Niños
en Guyana, Trinidad y Tobago y Panamá
El
acceso a servicios sociales básicos en las comunidades donde los venezolanos se
han asentado en Guyana presenta dificultades. Las agencias de las
Naciones Unidas estiman que hay entre 10.500 y 14.500 migrantes venezolanos,
4.800 son niños.
En
Trinidad y Tobago, de los 40.000 venezolanos que han llegado, 10 % forma parte
de la población infantil:
“Se
encuentran en situación migratoria irregular, sin documentación ni permiso para
permanecer legalmente en Trinidad y Tobago. En consecuencia, no pueden acceder
a los servicios básicos, incluida la educación, están separados de sus familias
y expuestos a peligros de explotación, extorsión, tráfico, abuso, manipulación
y otros riesgos como angustia psicológica, discriminación y xenofobia”,
advierte la Unicef.
Sobre
Panamá, la Unicef sostiene que no hay información disponible sobre niños
venezolanos que pueden necesitar protección internacional. Pero alerta
que la caducidad de los pasaportes u otros documentos o la discriminación han
afectado la asistencia escolar. “Los registros de las
autoridades no recopilan datos desglosados y no existen mecanismos para
identificar los casos que necesitan protección especial”.
Los
instrumentos internacionales que regulan la protección de los derechos de los
niños son la Convención
sobre los Derechos del Niño, del 20 de noviembre de 1989, y la Convención
Internacional sobre la protección
de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus
familiares. Existen otros tratados internacionales cuyos artículos también se
aplican a la niñez.
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