El Tiempo 08 de septiembre de 2019
@ELTIEMPO
Crece
el drama de los migrantes en esta zona al suroccidente de Colombia.
Habilitar
un corredor humanitario para los 1.000 migrantes venezolanos “varados” en la
frontera entre Colombia y Ecuador, solicitaron las autoridades locales para
superar la crisis social y económica que enfrentan durante las últimas semanas.
Un
total de 600 migrantes se encuentran en los seis albergues instalados en la
ciudad de Ipiales, donde se da prioridad a familias con niños, mientras que los
400 restantes tomaron la decisión de quedarse en las carpas ubicadas en
cercanías al puente internacional de Rumichaca.
Sobre
estos últimos el alcalde de Ipiales, Ricardo Romero Sánchez indicó que “tienen
la ilusión de que en algún momento se pudiera abrir la frontera para poder
pasar”.
Pero
a ellos se les ha dicho con absoluta claridad la realidad de que la situación
que enfrentan que es de absoluta incertidumbre.
“Es
prácticamente imposible que logren pasar, a no ser por una gestión de las
Naciones Unidas y de las Cancillerías de Colombia y Ecuador”, aseguró el
funcionario.
Según
Romero “nosotros estamos planteando que el Gobierno ecuatoriano permita un
corredor humanitario, al menos para las personas que no tienen como destino el
Ecuador, sino que los dejen pasar hacia el Perú y Chile”.
Igualmente
la posición de la administración municipal en esta crisis humanitaria es muy
clara cuando advirtió que se opone a las medidas de hecho, como la que
realizaron los migrantes el pasado lunes cuando bloquearon el puente de
Rumichaca.
Para
las personas que quieran retornar a su país gracias a la ayuda ofrecida por uno
de los cooperantes internacionales, se les garantizará el transporte hasta la
ciudad de Cúcuta.
La
situación de los venezolanos en los albergues no es fácil porque se registra
hacinamiento.
“Este
es un tema de no fácil solución pero estamos obligados a extender la mano y
brindar una ayuda con los venezolanos”, señaló Romero y reconoció que si no
fuera por la cooperación internacional la situación sería muy dramática.
A
su turno el gobernador de la provincia de El Carchi (Ecuador), Edin Moreno,
rechazó el bloqueo que realizaron en la tarde del lunes en Rumichaca los
migrantes y descartó cualquier posibilidad de negociación con ellos.
“Porque
allí utilizaron los ciudadanos venezolanos a niños, mujeres embarazadas y a
personas adultas mayores”, afirmó el funcionario, quien añadió que “nosotros
vamos a hacer cumplir estrictamente el decreto ejecutivo 826”, al referirse a
la medida que establece la exigencia de la visa a los venezolanos.
Pueden
caer en manos de los 'coyotes'
El
otro drama que las autoridades advierten se puede presentar en la frontera
entre ambos países, es el de que muchos migrantes venezolanos caigan en poder
de los denominado “coyotes”.
La
voz de alerta la hace el propio alcalde Ricardo Romero Sánchez, quien sin pelos
en la lengua expresa “los llamados coyotes les ofrecen el servicio de
trasladarlos al Ecuador, son los que están a la caza de personas en
dificultades y que quieren llegar al otro país”.
Aunque
el funcionario reconoce que casi siempre en medio de las dificultades aparecen
los “aprovechadores” para lucrarse del mal ajeno, se de poner de manifiesto
esta inocultable realidad “porque están ofreciéndoles el transporte por los
caminos irregulares y quitándoles los pocos recursos que traen para pasarlos”.
Y
es que trasladar una frontera con más de 100 kilómetros de extensión también
supone correr muchos riesgos.
Según
el alcalde “los ciudadanos se ven expuestos a toda clase de delitos en ese
tránsito de un país a otro”, por lo que anticipa que se trata de una amenaza
identificada en la zona limítrofe y que además de eso podría aumentar la crisis
que de por si hoy ya es considerada bastante compleja.
“Esos
coyotes terminan haciendo su gran negocio y eso no lo podemos permitir”,
sostiene de manera enfática Romero, quien pide a los organismos de seguridad
extremar las medidas de control y vigilancia.
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