Daniel Gómez 28 de octubre de 2019
@alnaviocom
La
Unión Europea amplía la vigilancia sobre el régimen de Maduro
El
éxodo ya es un factor desestabilizador en América Latina. Y lo puede ser en el
mundo. Lo advierte la Unión Europea y también Naciones Unidas. De ahí el foro
mundial sobre migración venezolana que se celebra este lunes y martes en Bruselas.
Federica Mogherini,
jefa de Política Exterior de la Unión Europea; Filippo
Grandi, alto comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados (Acnur); y António Vitorino, director
general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM),
coinciden en que América Latina es una de las regiones más
prósperas del planeta. Pero también coinciden en que el éxodo venezolano, esa
avalancha migratoria que alcanza los cinco millones de personas, pone en riesgo
el desarrollo de la región.
- En las últimas décadas, América Latina y el Caribe
han disfrutado de un notable crecimiento económico y estabilidad política.
- Mientras las desigualdades han aumentado en todo el
mundo, este continente se ha vuelto más igualitario y justo.
- Pero tal progreso podría revertirse.
- Esta crisis [el éxodo] ya está teniendo
consecuencias desestabilizadoras en toda la región.
- Y cualquier trastorno importante en cualquier parte
de América Latina repercutiría mucho más allá de las fronteras regionales.
Mogherini, Grandi y Vitorino comparten estas
reflexiones en un análisis para el diario El País de Madrid.
El texto sirve como previa al evento que este lunes y martes tendrá lugar
en Bruselas: un foro mundial sobre el éxodo venezolano con el
objetivo de tejer “una alianza mundial” en la que participen todos.
“Para responder a la crisis de refugiados y migrantes
venezolanos se requiere una alianza mundial inclusiva, y toda la comunidad
internacional, más allá de los países de acogida en la región, debe asumir su
parte de responsabilidad y solidaridad. Se necesita una mayor participación de
las instituciones financieras internacionales, los actores de desarrollo y el
sector privado para apoyar los servicios y promover oportunidades económicas
para los refugiados y migrantes y las zonas de acogida locales”, explican.
La crítica es pertinente ya que Acnur y la OIM
lanzaron en diciembre de 2018 un plan integral para atender al éxodo
venezolano. Un plan que requería la inversión de 738 millones de dólares. Casi
un año después, sólo el 48% ha sido financiado.
Como bien dicen en el artículo, América Latina es la
región que más ha rebajado la desigualdad en el mundo. Pero no hay que olvidar
que sigue siendo el continente donde la brecha entre ricos y pobres es más grande.
Los esquemas tributarios de los países
latinoamericanos aún son débiles. El Fondo Monetario Internacional ya
advirtió a Colombia que necesita un ajuste fiscal para atender
a los venezolanos. 1,5 millones de venezolanos ya están radicados en el país, según
cifras gubernamentales.
No obstante, ya se sabe que estas políticas fiscales
requieren tiempo. También que son impopulares ya que afectan el bolsillo de los
ciudadanos. Y lo que afecta el bolsillo puede tener respuestas indeseables,
como los episodios de xenofobia contra venezolanos, explicó en declaraciones al
diario ALnavío la experta en migración Ana María
Oxford, presidenta de la ONG Red Reto.
Aunque no todo son noticias negativas. En Perú la
economía crece con vigor gracias a la incorporación de muchos venezolanos (más
de 800.000 viven en el país) al sistema productivo, concluyó un reciente
estudio de BBVA Research.
No obstante, hay que estar atentos al éxodo. Y la
respuesta debe ser inmediata. Por eso Mogherini, Grandi y Vitorino le ponen
urgencia: “La capacidad de los países y las comunidades de acogida está
llegando a su límite. Las escuelas están desbordadas y los centros de salud y
la disponibilidad de viviendas están en un punto crítico. El uso irresponsable
de las redes sociales y las declaraciones radicales de algunos políticos están
alimentando los sentimientos xenófobos”.
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