José Luis Farías 10 de noviembre de 2019
@fariasjoseluis
La
otra cara:
El
último martes de octubre las palabras del presidente Juan Guaidó resonaron de
inmediato en las redes sociales, donde a falta de medios de comunicación libres
nos enteramos del acontecer diario: "La única solución es un nuevo CNE
electo por la Asamblea Nacional".
No
fue solo lo dicho por Guaidó, una afirmación contundente y sorpresiva. Fue
también el contexto donde lo dijo: al declarar sesión permanente para elegir a
los nuevos rectores del organismo comicial. Además, haberlo dicho cuando nadie,
o casi nadie, lo esperaba.
Los
primeros sorprendidos fueron los diputados de la fracción de la usurpación.
Como es habitual, dieron pena ajena. Después de tanto tiempo de vivir de la
insana costumbre de aplastar con la fuerza, se descubrió en ellos debilidad,
confusión, nerviosismo, cobardía, contradicciones. En fin, ganas de tirar la
toalla y salir corriendo.
Durante
el debate estuvieron en el aire. Sin saber qué hacer. Tirando flechas a ver
cuál pegaban. Jesús Montilla bramaba "no participaremos del Comité de
Postulaciones". Molina espetaba "eso no se puede hacer con el
estatuto". Francisco Torrealba ladraba exigiendo "salgan del
desacato".
Todo
estaba claro: no había línea política, y si por casualidad había los diputados
psuvistas no la conocían. Lo cual ratificaba su condición de peleles al
servicio de Maduro y su pandilla. Eran unos monigotes echados en sus curules
sin saber que pito tocar en medio de aquel desconcierto. Les resultaba difícil
admitir haber sido madrugados nuevamente en la Asamblea Nacional.
La
suma de todo elevó los decibeles de la declaración. Afuera pronto surgieron los
comentarios entre los interesados en el tema. Unos, tampoco esperaban una
decisión de ese tenor y la vieron con cautela. Otros, no se guardaron sus
epítetos y raudos gritaron "es una traición a la ruta original del
mantra", "es producto de un falso diálogo", "eso es cohabitación".
Más
allá de la incredulidad de unos y los gritos de galería de otros, todos,
absolutamente todos, comenzaron a buscar cómo quedarían en la distribución de
los puestos del Comité de Postulaciones Preliminar, cada quien sacando sus
cuentas ajustadas a sus intereses.
Nadie
deseaba quedar fuera del cuerpo encargado de escoger los miembros de la
sociedad civil que integrarán el Comité de Postulaciones definitivo que más
luego decidirá quienes serán los nuevos rectores del CNE.
Era
obvio que detrás de la declaración de "sesión permanente" para
designar a los rectores del CNE, había un acuerdo político de los factores
principales de la MUD en el que difícilmente habría marcha atrás.
Los
miembros del PSUV pidieron tiempo para consultar y decidir sus representantes
en el Comité. Recordando el método D' Hont, las fracciones de la MUD pidieron
cada quien lo suyo. Cambiemos no se quedó atrás y hasta los impolutos del 16J
exigieron su lugarcito.
Con
el fin de hacer "control de daños", Maduro habló al día siguiente
anunciando que la fracción del PSUV llevaría su propuesta para la sesión del
próximo martes 5 de noviembre en la cual se escogerían los integrantes del
Comité de Postulaciones preliminar.
Sin
duda, la "propuesta del PSUV" expresaría la disminución de su grado
de maniobra producto de la presión internacional como de los letales efectos de
la crisis económica y la temperatura de las contradicciones entre Nicolás
Maduro y Diosdado Cabello, los dos principales capitostes del régimen.
Entre
tanto, las negociaciones en el movimiento democrático irían al son de las
fracciones mayoritarias en la AN y los gritos destemplados en las redes del 16J
para forzar la obtención de un "puestico" que eventualmente le diera
la capacidad de entorpecer las negociaciones en el seno del Comité, una
maniobra que difícilmente podía pasar desapercibida por el resto e las
fracciones.
Llegado
el martes 5 de noviembre, los hechos se dieron tal cual estuvieron más o menos
previstos, en el debate resaltó la andanada de Ramos Allup demoliendo las
sandeces de los diputados del PSUV.
Lo
demás fue lo esperado. Las fracciones de la MUD presentaron sus candidatos. Los
del PSUV hicieron lo propio, no sin el show con el malabarismo verbal que un
jodedor resumió asi: "participan sin participar", rumiando el
"desacato" y blandiendo la hoz y el martillo de la espuria ANC.
Resumían la puja Maduro vs Diosdado.
Al
día siguiente, los improperios del 16J, tras no obtener una sillita en el
Comité, fueron expuestos en un larguísimo voto salvado donde ni de vaina
presentaron sus verdaderas razones, mintiendo que no formaban parte del Comité
de Postulaciones porque en el mismo estaban incluidos los miembros del PSUV que
en su leguleya opinión no tenían el derecho a estar.
Por
cierto, conforme a ese criterio, por aquello de que "la salsa que es buena
para el pavo es buena para la pava", sería interesante saber si los
prístinos integrantes del 16J también tomarán la decisión de no formar parte de
la AN mientras estén incorporados los miembros del PSUV.
Todo
lo demás es cuento conocido, los integrantes de confianza de cada partidoy el
resto de los pataleos de unos y otros. Lo sustantivo es que se dio un paso en
firme y probablemente decisivo para dejar atrás la oscuridad.
¿Qué irá a salir de este nuevo intento de
buscarle cauce institucional, pacífico, electoral y constitucional a la larga
noche que envuelve nuestras vidas? ¿Habrá luz al final del túnel?
No
lo sé, pero el hecho de que antes se haya intentado y fracasado, como el
infausto día (no se nos olvida) en que unos diputados por orden de su jefe se
largaron de la sesión impidiendo el quórum para la designación de un nuevo
rector, no significa que no se busque de nuevo, incluso contando ahora con los
mismos diputados de ese bochorno, hoy las condiciones son más favorables frente
a un régimen más débil.
Debemos
intentarlo una y otra vez, pese a las dudas que despiertan unos usurpadores
capaces de cualquier cosa. Hay que actuar con toda la tenacidad posible. Lo
contrario es una salida violenta que se sabrá cuándo comenzará, no cuando
culminará.
Entiendo
que el uso de la fuerza es decisivo y necesario en esta disputa, claro que lo
sabemos. No es indispensable ser miembro de la "ruta del coraje" para
saberlo. A punta de fuerza hemos sido gobernados, pero no doblegados.
Por
lo demás, la fuerza no siempre estará del lado del mal. Hay que ayudarla a que
se ponga de nuestro lado. La mejor forma de lograrlo es insistiendo una y mil
veces más en asediar democráticamente a la tiranía, exigiendo y luchando por
condiciones para unas elecciones libres.
Estamos
a las puertas de unas elecciones parlamentarias, constitucionalmente
establecidas para el año 2020, la sombra del dilema de participar se extiende
poco a poco sobre la sociedad. Habrá que tomar una decisión en algún momento.
La
designación de un nuevo CNE es asediar democráticamente a la tiranía, es un
paso fundamental para una salida política a la crisis. Juan Guaidó ha conducido
acertadamente la AN a dar ese paso. Es un avance muy importante.
Es
imperativo cuidar este proceso de las desviaciones hacia donde pudieran
forzarlo los factores que solo piensan en sus intereses personales y grupales,
que ya sabemos se anidan en los extremos haciéndole el juego a la satrapía. La
sociedad debe identificarlos y aislarlos.
#VAmosTodosALaCalleEl16N
José
Luis Farías
@fariasjoseluis
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