Editorial La Nación de Argentina 11 de noviembre
de 2019
@LANACION
Ajeno a la dramática realidad que vive el pueblo
de Venezuela, el dictador Nicolás Maduro impuso
por su sola voluntad el inicio anticipado de la Navidad. "Estas Fiestas se
duplican: ahora son dos meses de alegría", celebró la primera dama, Cilia
Flores. Además, el anuncio incluyó el compromiso de donar perniles entre la
población, promesa que incumplió en años anteriores, y la entrega del bono
Venezuela Victoriosa para todos aquellos poseedores del carnet de la
patria, quienes recibirán 75.000 bolívares, que no llegan a
4 dólares.
Sin embargo, la caprichosa decisión esconde segundas
intenciones, como apaciguar los ánimos abatidos social y económicamente e
impedir cualquier atisbo de protestas, como se han sucedido en la región.
Motivos para protestar no faltan: el salario mínimo que fija
el gobierno se traduce en 2 dólares mensuales, una cantidad que no
alcanza para comprar un kilo de carne y apenas para acceder a un cartón de 30
huevos.
Millones de venezolanos dependen de las entregas
mensuales de cajas de alimentos subsidiadas por el gobierno para sobrevivir,
además de ser una herramienta de control social y político. La entrega se ha
vuelto cada vez más errática y el contenido de las cajas deja mucho que desear
en cuanto al valor nutriente. Un informe reciente de la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estimó que entre
2016 y 2018 un 21,2% de la población venezolana estaba desnutrida. En 2013,
cuando Maduro llegó al poder, era 6,4%.
La nación caribeña enfrentará consecuencias de largo
plazo por la desnutrición crónica. Millones de venezolanos sufrirán daños
físicos y psíquicos irreparables que requerirán atención médica durante el
resto de sus vidas. Según los datos de algunas organizaciones no
gubernamentales, el peso y la estatura de los niños venezolanos han caído
significativamente.
El arzobispo emérito de Caracas, Jorge Urosa Savino,
responsabilizó al régimen de Maduro por la grave crisis que atraviesa Venezuela
y pidió a los dirigentes chavistas "que sean sensatos" y dejen el
campo abierto a otros gobernantes.
La crisis de Venezuela se profundiza. A las graves
carencias en alimentos y medicamentos se suma la falta de agua, y los apagones
eléctricos son cada vez más frecuentes. El éxodo masivo, que este año se ha
exacerbado según los informes de la Agencia de las Naciones Unidas para los
Refugiados (Acnur), solo revela una agudización de la emergencia humanitaria.
El anuncio de la Navidad anticipada con el que Maduro
busca tapar las miserias que sufre el pueblo venezolano es una burla para todos
los que las padecen, hartos de las mentiras y de las violaciones de los
derechos humanos.
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