MIGUEL GONZÁLEZ 11 de junio de 2020
@mgonzalezelpais
La exportación de material
militar a Riad se desploma pese a la entrega de la munición autorizada por el
PP
España exportó
en 2019 armamento y material militar por valor de 4.042,3 millones de euros,
un 8,6% más que el año anterior. En el primer año completo de Pedro Sánchez en
La Moncloa, las ventas a Arabia Saudí, implicada desde 2015 en la guerra de
Yemen, se desplomaron un 85%, aunque ello no impidió que se entregara la
munición autorizada por el último gobierno del PP. Entre otras medidas, el
Ejecutivo vetó el suministro de 2.000 grilletes a la Policía israelí y
suspendió todos los contratos vigentes con el régimen de Maduro, según el
informe remitido al Congreso por la Secretaría de Estado de Comercio.
Los 4.042,3
millones exportados el año pasado suponen el tercer mejor resultado
histórico de la industria militar española, tras el récord de 2017
(4.346,7) y a menos de 10 millones de distancia de 2016. Salvo por los efectos
aun imprevisibles de la pandemia, las expectativas de este mercado están al
alza, pues en 2019 solo se ejecutó el 40% de lo autorizado, casi 10.100
millones en total.
El sector
aeronáutico, liderado por los aviones militares de Airbus, supuso el 86,3% de
las ventas (3.481,7 millones). Y los programas de cooperación internacional en
los que participa España (como el caza Eurofighter o el helicóptero Tigre)
representaron el 40% de lo exportado (1.632 millones).
El 55,7 a la UE
y la OTAN. El 46,6% de las ventas de armamento español fueron a socios de la
UE y el porcentaje sobrepasa la mitad (55,7%) si se incluyen los aliados de la
OTAN. El primer cliente en 2019 fue Alemania, con 1.023 millones, una cuarta
parte del total, de los que 971 correspondieron a siete aviones militares de
transporte A400M. El segundo comprador, y primero extraeuropeo, fue Corea del
Sur, con 588 millones (566 en tres aviones de reabastecimiento en vuelo),
seguido de Francia, Singapur y Turquía.
Sin veto a
Turquía. El régimen de Erdogan compró dos aeronaves A400M por 252,6
millones, así como lanzagranadas, munición de armas ligeras y equipos y
repuestos, hasta un total de 307,1 millones; el 7,6% de todas las exportaciones
de armas españolas. En octubre pasado, España se sumó al embargo europeo de
armas a Turquía, aunque este solo afectaba al material susceptible de ser
utilizado contra los kurdos del norte de Siria y no consta su aplicación a
ninguna operación concreta.
Arabia Saudí y
la guerra de Yemen. El uso de armas españolas en la guerra de Yemen,
donde Arabia Saudí interviene desde 2015, ha sido repetidamente denunciado por
varias ONG y negado por el Gobierno. El año pasado, las ventas a Riad se
desplomaron hasta los 35,4 millones, lo que le desplazó al puesto número 15
entre los clientes de armas españolas. Se vendieron repuestos para aviones
cisterna y para aviones de combate, drones (UAV) para utilizar como blancos,
sistemas electroópticos y cámaras infrarrojas; así como munición de artillería
por siete millones, sistemas de tiro por 3,8 y bombas por 827.000. Según el
Gobierno, la munición entregada correspondía a contratos aprobados cuando aún
gobernaba el PP, en el primer semestre de 2018. Sin embargo, en 2019 se
autorizaron contratos con Riad, no ejecutados ese año, por 392,7 millones, de
los que 76,2 son de munición y 1,2 de bombas. En el informe aún no figuran a
las cinco corbetas que, por 1.200 millones, construye ya Navantia para la
Marina saudí.
El socio
emiratí. Quien no ha perdido peso entre los mayores compradores de armas españolas es Emiratos Árabes Unidos (EAU),
principal aliado de Riad en la guerra de Yemen. El año pasado fue el octavo
mejor cliente, con 179,2 millones; el 4,4% del total. Además de cuatro aviones
de transporte por 142,9 millones, recibió ocho sistemas lanzagranadas,
repuestos para blindados y aeronaves, dos UAV para blanco de ejercicios de
tiro, equipos de vigilancia y comunicaciones. Emiratos fue (tras Bélgica, con
24,2; y Marruecos, con 13,2) el tercer mejor cliente de las empresas españolas
de munición, con 9,4 millones. El 60% de las ventas de munición autorizadas el
año pasado y pendientes de ejecutar (171 millones en total) tenían por destino
tres países de la Península Arábiga: Arabia Saudí, Emiratos y Omán.
Ventas y vetos a
Israel. España aplica a Israel la filosofía del caso por caso; algunas
operaciones se aprueban y otras son vetadas. El año pasado se exportó material
militar a Israel por 2,1 millones, en equipos de visión nocturna, direcciones
de tiro o eslabones de munición. Parte de este material está destinado a su uso
en pruebas o a su integración en sistemas cuyo destinatario último es el
Ejército español u otro extranjero, como el tailandés. Pero las ventas de
equipos militares a Israel no se limitan a estas partidas, pues las de material
de doble uso (civil y militar), por un total de 3,2 millones, incluyen por
ejemplo tarjetas electrónicas de procesado de imágenes para el caza Eurofighter
o sistemas informáticos para el sector de la defensa.
Pese a este
intenso comercio, España ha vetado tres operaciones con Israel: una de equipos
policiales y dos de material de doble uso. La primera era la venta de 2.000
grilletes de inmovilización para la Policía israelí, valorados en 17.000 euros, por temor a que sirvieran para
vulnerar derechos humanos. Las otras dos, dirigidas a empresas privadas,
consistían en la exportación de 550 unidades de medida inerciales para
vehículos no tripulados, valoradas en 95.550 euros, por su riesgo de uso
militar; y la venta de equipos informáticos de seguridad por 10 millones, al
existir dudas sobre el usuario final.
Embargo a
Venezuela. Aunque España exportó repuestos y partes de blindados por 3.084
euros a Caracas, el Gobierno denegó, alegando la situación interna del país, la
ampliación del contrato de modernización de los carros de combate de origen
francés del Ejército venezolano que, por 20 millones de euros, tenía una empresa
española. Además, suspendió las cuatro licencias de exportación que estaban
vigentes a principios de 2019 (sistemas electro-ópticos, mantenimiento de
helicópteros y piezas de avioneta) alegando la inestabilidad interna y “la
falta de reconocimiento por parte del Gobierno español de las autoridades
receptoras de los productos”. Alude, con esta fórmula, al reconocimiento por
España del presidente de la Asamblea Nacional y líder opositor Juan Guaidó como
presidente encargado del país.
Otras
denegaciones. El Gobierno también vetó la exportación a Nicaragua de 600.000
cartuchos de escopeta por 115.000 euros; y la venta de 66 granadas lacrimógenas
a la policía de Tailandia. Entre las licencias denegadas, figuran igualmente la
venta de 20 pistolas a Líbano, balas para Bielorrusia, un paracaídas para
Pakistán y máquinas de doble uso para Siria o China. En cambio, se autorizó la
exportación de portamorteros para Ucrania por 1,3 millones y de sensores y
cámaras térmicas por 8.800 euros para la Policía de Hong Kong, que ha reprimido
las movilizaciones democráticas en la excolonia.
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