Agencias 12 de octubre de 2024
Se
trata de una nueva manera de arremeter contra las voces disidentes, tanto
dentro como fuera de Venezuela, que se suma a la creciente represión y
amedrentamiento por parte de las fuerzas de seguridad chavistas
El
régimen de Nicolás Maduro ha cancelado los pasaportes de
decenas de periodistas y activistas políticos opositores desde las elecciones
presidenciales de julio, según denunció The Financial Times en
base a un informe de la ONG Laboratorio de Paz, con sede en Venezuela.
El documento contabilizó al menos 40 casos de disidentes que han sido víctimas de esta maniobra, luego de que el chavismo se autoproclamara ganador en los últimos comicios del 28 de julio, aunque advierte que la cifra real podría incluso ser mayor dado que hay un alto número de personas que prefieren no pronunciarse por temor a represalias contra ellos o sus familiares.
Las
maniobras se dieron tanto de forma burocrática, por medio de la anulación
de las libretas, como presencialmente en aeropuertos, cuando se confiscaba
los documentos de las personas que se disponían a tomar vuelos fuera
de Venezuela.
El ex
presidente del Consejo Nacional Electoral Andrés Caleca fue
uno de los alcanzados por esta medida, “sin ninguna explicación,
justificación o aviso”. “Esto es una medida de amedrentamiento, de
terror, de provocar eliminar toda movilización y toda protesta ciudadana, y de
desmotivar a la gente”, denunció.
A él
se sumó una activista de derechos humanos que también fue una víctima del
Palacio de Miraflores. “Sabía que corría el riesgo de que me
quitaran el pasaporte o me encarcelaran al llegar al aeropuerto, y optaron por
lo primero. Fue aterrador”, recordó. En tanto, Carla, una
periodista venezolana exiliada, comentó que ella se enteró de la cancelación de
su documento desde el exterior. “Me pregunté ‘y ahora, ¿de dónde
vengo’?”, comentó antes de señalar que no está segura de si intentará
volver al país mientras siga el chavismo en el poder.
Otra
activista, que prefirió permanecer completamente en el anonimato, dijo que su
pasaporte fue inicialmente anulado pero, luego, revalidado, ante lo que
prefirió optar por entrar al país a través de la frontera occidental
con Colombia, evitando así puestos de control oficiales.
Sin
embargo, todos los opositores coincidieron en que se trata de “lo menos
grave” que ha ocurrido en el país en las últimas semanas, desde los
fraudulentos comicios, tras lo que se dio una “escalada represiva sin
parangón”. Hasta el momento, al menos unas 2.400 personas
han sido arrestadas por participar de manifestaciones pacíficas en reclamo por
el respeto de la soberanía popular y acusadas de incitación al odio y terrorismo,
en su mayoría.
Además,
varias ONG han advertido que estas personas -cientos de ellas menores de edad-
son sometidas a torturas y privadas de derechos
básicos, lo que ha despertado una ola de condenas por parte de la comunidad
internacional y organismos, exigiendo el cese de estas acciones.
Es por
ello que, ahora, el régimen está explorando otras formas de silenciar a la
oposición, igualmente efectivas, pero con un menor costo. “A diferencia
del asesinato o la tortura, que tienen un mayor costo político, el Gobierno ha
descubierto que la anulación de pasaportes es una forma eficaz de neutralizar y
acallar las voces críticas con un esfuerzo mínimo”, lamentó Rafael
Uzcátegui, coordinador del Laboratorio de Paz.
En ese
sentido, el Palacio de Miraflores también anunció el mes pasado nuevas
disposiciones para cualquier venezolano fuera del país, que dificulta
igualmente su regreso al territorio. Ahora, todos aquellos que tengan sus
pasaportes vencidos deberán tramitar uno nuevo -por un valor
estimado de USD 200-, al menos 72 horas antes de su viaje, en
un consulado o embajada venezolana. El problema, sin embargo, es que
Caracas no dispone de sedes diplomáticas o misiones en varios países,
especialmente en Latinoamérica, destino de la mayoría de los migrantes, por lo
que miles de personas se encuentran en un nuevo callejón sin salida.
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