INFOBAE 19 de noviembre de 2024
El
Secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, sostuvo que “la democracia
exige respeto a la voluntad de los electores”, como quedó expuesto el pasado 28
de julio
A
menos de dos meses de la fecha prevista para el comienzo del próximo mandato
en Venezuela, Estados
Unidos reconoció a Edmundo
González Urrutia como presidente electo del país caribeño.
En un mensaje publicado en X, el secretario de Estado, Antony Blinken, aseguró que “el pueblo venezolano se pronunció contundentemente el 28 de julio y nombró a Edmundo González Urrutia como presidente electo”. “La democracia exige respeto a la voluntad de los electores”, subrayó, a lo que el opositor “agradeció profundamente” la actitud y destacó que “este gesto honra el deseo de cambio de nuestro pueblo y la gesta cívica que juntos protagonizamos el pasado 28 de julio”.
La
decisión de Washington de referirse así al ex diplomático la dio a conocer
Blinken durante las reuniones celebradas en Río de Janeiro en el marco de la Cumbre
del G20 y representa el reconocimiento más contundente del
opositor, desde mediados de año. Hasta el momento, la Casa Blanca se había
limitado a señalar que la Plataforma Unitaria Democrática había obtenido más
votos que Maduro, pero sin utilizar términos concretos para hablar de la
victoria.
Durante
los encuentros, Blinken también aprovechó para destacar a los aliados la
importancia de mantener la presión internacional sobre el régimen,
para que reconozca su derrota y permita un retorno pacífico a la
democracia en el país.
A
finales de julio, Venezuela celebró sus elecciones presidenciales, que acabaron
envueltas en denuncias de fraude por parte del pueblo y de la
comunidad internacional. La oposición presentó actas oficiales en
las que expuso el triunfo de González Urrutia, mientras que el chavismo
se negó a presentar los datos oficiales recopilados por el Consejo Nacional
Electoral y proclamó ganador a Maduro.
Desde
entonces, Washington, junto con los aliados, han estado presionando al
oficialismo de Caracas para que dé a conocer los documentos oficiales y
reconozca, así, su derrota.
Ante
la negativa de la dictadura, la Administración de Joe Biden comenzó a aumentar
la presión sobre el país caribeño, algo que podría intensificarse
desde el próximo 20 de enero, con la asunción de Donald Trump.
De
hecho, este martes, como parte de esos esfuerzos, la Cámara de
Representantes aprobó una ley que impide al Gobierno suscribir
contratos con individuos o empresas que cooperen con el régimen. El
proyecto, conocido como Ley Bolívar, se suma a sanciones ya
vigentes y amplía su alcance a las áreas del Gobierno federal que aún no
estaban incluidas en ellas.
Por
medio de esta normativa, el legislador republicano Mike Waltz y
su par demócrata Debbie Wasserman Schultz buscaron poner
fin a los “intereses corporativos turbios que permiten la corrupción y el robo
electoral” en el país.
“Esta
legislación envía un mensaje claro y poderoso a Maduro, así como a
otros dictadores de todo el mundo, de que no habrá apaciguamiento, no
habrá tolerancia, no habrá recompensa por sus acciones ilegales y deshonestas”,
apuntó Waltz, quien prometió también endurecer las sanciones contra el
Palacio de Miraflores desde su posición como asesor de
Seguridad Nacional de Trump.
“Nuestra
política debe basarse en solidaridad con los valientes activistas que buscan
romper las cadenas de la opresión y no brindar ayuda ni consuelo a sus
opresores”, sostuvo.
En
tanto, Wasserman Schultz dijo que “a menos que Estados Unidos se deshaga
de los intereses corporativos turbios que permiten la corrupción y el robo
electoral de Maduro, no podemos decir verdaderamente que estamos
comprometidos con el pueblo venezolano”.
“No
toleraremos la represión antidemocrática y, ciertamente, no la subsidiaremos”,
insistió la congresista.
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