Luna Perdomo 06 de noviembre de 2024
La
cifra de niños no acompañados migrando por la selva del Darién va en aumento.
En 2023 cruzaron 100.000 niños y adolescentes; de los cuales, 3.300 iban solos
con la idea de llegar a EEUU. Hasta septiembre de este año, el número de niños
viajando solos ha alcanzado los 3.800, de acuerdo con los datos de Unicef
Panamá
Cada año, miles de niños y adolescentes cruzan el Darién sin la compañía de un adulto. Las cifras han alcanzado niveles sin precedentes y siguen en aumento. Solo el año pasado, que se dio el flujo migratorio más alto por esta peligrosa ruta, de 500.000 personas que cruzaron, 100.000 eran menores de edad; de ese total, 38% eran menores de cinco años, de acuerdo con las cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
De
esos 100.000 niños y adolescentes que caminaron entre la espesa selva del
Darién, 3.300 eran no acompañados, pero en lo que va de este año, aunque
disminuyó la cantidad de infantes caminando por este sendero, creció el
número de niños migrando solos, hasta alcanzar 3.800 solo hasta el mes de
septiembre, explica a TalCual Diana Romero, oficial
de emergencias de Unicef Panamá.
La
población infantil de venezolanos migrando solos por el Darién está en aumento,
encabezan la lista de nacionalidades que toman la selva, seguidos de los
ecuatorianos y los colombianos y exponen a las autoridades que tienen la
idea de cruzar la última frontera y llegar a Estados, muchos para reunificarse
con sus familiares y otros, para buscar, por sí solos, un futuro mejor.
Los
niños venezolanos afirman que «están huyendo de las condiciones precarias
porque la situación ha empeorado». También van en busca de trabajo, sobre todo
las niñas, porque comentan que tienen que enviar dinero a sus familiares en
Venezuela.
Romero
recuerda el caso de una niña venezolana que ingresó a Panamá a los ocho años de
edad (ya tiene 12 años) y solicitó apoyo en la entidad de la niñez para
solicitar refugio. Dice que las autoridades acordaron otorgarle su estatus de
refugio tras ella afirmar: «Yo quiero quedarme en Panamá porque no voy a volver
a Venezuela».
La
oficial indica: «Este año estamos recibiendo más o menos entre 10 y 15 (niños y
adolescentes) no acompañados por día». Haciendo estimaciones con estos datos,
se puede decir —tomando ambas cifras—, que para finales de 2024 pueden haber
cruzado unos 3.650 como mínimo y unos 5.475 como máximo.
Agrega
que la cifra de niños migrantes solos ha pasado en los últimos años de 6% a 22%
y sigue creciendo. Unicef enfatiza que «uno de cada cinco migrantes es un niño,
niña y adolescente».
El
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia también ha observado que este año
se ha incrementado el número de «adolescentes migrantes no acompañados por esta
ruta, la mayoría masculinos, pero estamos identificando muchas adolescentes
femeninas, está casi a la par y es muy sorprendente», expone Diana Romero.
Añade
que del flujo de niños no acompañados que ingresa a EEUU, los que van del
Darién son «una tercera parte o un poquito menos», pues la mayoría son
guatemaltecos, mexicanos, salvadoreños y hondureños, de acuerdo con las
estadísticas del gobierno estadounidense.
Sin
embargo, la representante de Unicef destaca que en el tema de niñez llegando a
Panamá reciben a niños de más de 18 nacionalidades, no acompañados o separados
de sus padres o representantes por el camino, pero se interroga qué hacer con
los niños que migran solos desde Bangladesh, la India, el Congo, Angola y otros
países al extremo del mundo. Expone que en estos casos el tema no pasa a ser de
cantidades, sino de complejidad por el restablecimiento de derechos por
no haber en Panamá consulados de esos países y no poder gestionarse formas de
reunificación familiar.
La
funcionaria de Unicef señala que en 2019 fue que se comenzó a observar un
aumento de la migración por el Darién con menores de edad, especialmente de
familias con sus hijos, con la idea «de que cuando se viaja con niños es más
fácil entrar a un país». Romero desmiente este mito.
Además
de infantes migrando solos en el cruce por el Darién, se dan casos de menores
separados de sus padres. La mayoría son pequeños, pero estos se identifican y a
los dos o tres días aparecen sus familiares y se logra la reunificación, una
tasa que alcanza 95%; «son muy pocos los casos en que los padres fallecen en la
selva o nunca salen de allí para reclamarlos», enfatiza Diana Romero.
En la
ruta por el Darién también van embarazadas y es un número que también se está
incrementando. «El año pasado fueron más o menos 900 y en el primer semestre de
este año contabilizamos 700», incluso, Unicef encontró casos de mujeres que
dieron a luz en la selva.
La
oficial de emergencias de Unicef Panamá recuerda que el contexto de la selva
del Darién envuelve violencia en la ruta y asegura que con el paso de los años
ha ido escalando y haciéndose más complejos temas como la violencia sexual, la
desnudez forzada, los asaltos, entre otros delitos.
El
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia trabaja en Panamá temas de agua,
higiene, saneamiento y tras recibir el apoyo de los gobiernos de Estados Unidos
y la Unión Europea comenzaron a trabajar mitigación de violencias de género.
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