Por Karina Martín, 22 de agosto
de 2017
Un expolicía venezolano que huyó
de su país anuncia que sus superiores le ordenaron alterar escenas del crimen
para culpar a la oposición.
Luis Guillermo Parra Navas,
exinspector de la División de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), adscrito a la Brigada de
Acciones Especiales (BAE) de la sede principal en Caracas y con más de 15 años
de experiencia, debió huir del país luego de que lo acusaran de traición a la
patria.
Parra, orgulloso de formar parte
del Cicpc explica que durante el pasado mes de diciembre sus superiores le
ordenaron alterar las escenas de crimen “si en algún momento aparecía una
muerte del lado opositor” durante las protestas.
“La oposición venezolana tenía
pautada su agenda de protestas en el país, la Guardia Nacional debía
reprimirlas a como diera lugar. Si en algún momento aparecía una muerte del
lado opositor, por orden de los jefes debíamos alterar la escena del crimen y
colocar los elementos comprobatorios haciendo parecer que la muerte fue causada
por ellos y no por los cuerpos de seguridad”, contó.
El expolicía explicó que sus
valores lo llevaron a rechazar de manera pública esas ordenes; razón por la
cual lo “acusaron de traición a la patria” y lo “destituyeron de su cargo”.
“Vete, que te andan buscando para
matarte”, le llamó uno de sus excompañeros de trabajo tras su destitución.
“Ahora qué hago, para dónde voy”, se preguntó.
Parra, narra que le informaron
que tendría solo 30 horas para desaparecer, lo que lo obligó a huir del país.
Asimismo, el excicpc comentó que tras muchas vicisitudes logró llegar a
Táchira, donde debió cruzar un río entre Colombia Venezuela para poder “salvar
su vida”.
“Cuando estaba cruzando por el
río me para un GN (Guardia Nacional), pensé que era el fin, pero logré
convencer al guardia de que era un bachaquero (revendedor de productos) e iba a
comprar comida al vecino país. Le di dinero y me dejaron ir, pero yo sabía que
detrás de mí venían en persecución mis compañeros del Cicpc”, comentó.
Al llegar al otro lado de la
frontera Parra le contó a una patrulla policial lo que ocurría. “Me trataron
amablemente, me tomaron las declaraciones y corroboraron mi historia. Me
escoltaron hasta el Terminal de Pasajeros en Medellín, donde tomé un autobús
hasta la ciudad de Turbo”.
El venezolano pasó cinco horas en
lancha para llegar al poblado de Sapzurro, (último asentamiento colombiano
frontera con Panamá), caminó durante tres noches y cuatro días hasta llegar
para llegar a Puerto Obaldía, donde le sellaron el pasaporte para ingresar a
Panamá, según indica el reportaje realizado por El Pitazo.
En Panamá comenzó a vivir sin
dificultades; sin embargo, Parra afirma que después de seis meses de haber
llegado a ese país intentaron secuestrarlo tres personas.
“Fui interceptado por una
camioneta de color negro, donde me intentaron secuestrar tres individuos, uno
de color moreno con acento panameño y otros dos, indiscutiblemente eran
venezolanos, policías o militares de mi país. Entre el forcejeo y la fuerza,
logré escapar por esa vez”, dijo.
Después de eso, según explicó el
expolicía, decidió ocultarse hasta que denunció lo ocurrido ante la Policía
Científica de Panamá y el secretario del fiscal general de la República.
Actualmente, Parra está bajo la
protección de la Cruz Roja Internacional, la ONU, Acnur y la Oficina De
Atención Al Refugiado de Panamá.
“Siento nostalgia de la tierra
que me vio nacer, de mi familia, vecinos, compañeros de trabajo y de mi
Barquisimeto. Espero que Dios y la Virgen de Coromoto me den fuerzas para
seguir adelante en medio de tantas vicisitudes y tragedias. Esta era mi vida,
mi familia, mi hogar, mi país y me destruyeron todo, nunca más podré ejercer mi
profesión en ningún país del mundo”, dijo.
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