LUIS R. CASTRO 17 de julio de 2018
Pocas
cosas publico, sin embargo no podía dejar escapar esta ocasión para compartir
esta historia. Esta semana estuve en Colombia en el Eje Cafetero con un grupo
de amigos de Panamá, éramos 7 familias y alrededor de 40 personas entre adultos
y niños, Panameños, Colombianos, Mexicanos, Franceses y por supuesto
Venezolanos.
Al
llegar a Cali el sábado nos hicieron notar de un grupo de Venezolanos acampando
a las orillas de un rio, gente humilde y muy necesitada, que había salido de
Venezuela en su mayoría a pie, tenían llagas ya que había desgastado sus
zapatos, afortunadamente hambre no, ya que era increíble la cantidad de
personas que pasaba a dejarles comida, pero por supuesto las condiciones en las
que estaban eran solo comparables a la de los refugiados de guerra, niños,
mujeres embarazadas y gente de la tercera edad, todos con una meta, salir de
Venezuela y otros llegar a Ecuador y Perú.
Solo
necesitaban un empujón para avanzar hasta la frontera para obtener el Pase
Andino y así poder trabajar y buscar una mejor vida que nuestro País no les
puede ofrecer, ya todos sabemos porque y creo no vale la pena entrar en
detalles.
Por
supuesto era imposible hacerse la vista gorda, y busque acercarme para
preguntar como podía ayudar. Ahí conocí a Adriana Reyes una colombiana que
trabajaba solo por amor al prójimo y a Jesús Espita un joven refugiado,
ingeniero eléctrico, que dejó a su esposa y bebe de 1 año, hace una semana y
ahora solo espera encontrar trabajo para poder mandarlos a buscar. Ellos me
informaron que sus necesidades inmediatas eran Un Galpón para no estar a la intemperie,
trabajos y ayudar a los que querían continuar.
En ese
momento estaba con dos de mis amigos, ninguno Venezolano, e inmediatamente nos
vimos las caras y sabíamos cual era nuestra misión. Esa noche logramos mandar a
48 personas hasta Ipiales, frontera con Ecuador. Una vez que regresamos con
nuestro grupo y compartimos la vivencia con el corazón destrozado,
inmediatamente todos se solidarizaron y acordamos dar otra ayuda. Regresamos
ayer domingo con zapatos y además entre todos logramos organizar otro bus para
otros 42.
Ahí
nos enteramos que habían llegado 100 nuevos venezolanos....
Sé que
si hubiera contactado a muchos de Uds., sin pensar habrían aportado ayuda. Pero
a veces eso no es suficiente.
Solo
pido que si tienen la oportunidad tomen Uds. su propia iniciativa.
En
este momento mi meta es reunir a Jesús con su Familia y ver como lo ayudo a
conseguir un trabajo.
Para
respetar la privacidad de mis compañeros de viaje no los menciono uno a uno,
pero aunque yo fui la voz, es importante que se sepa que no fui yo solo.
Gracias
a todos por su colaboración
Luis
R. Castro
Dios bendiga tu vida y te pague con mucha salud y vida en abundancia y plenitud, se que lograras cumplir con tu musion restante. Fuerza para quienes apoyan y suman voluntad a esa noble causa.
ResponderEliminarGran ejemplo a seguir. Dar sin mirar a quien es la mejor manera de ayudar
ResponderEliminar