El secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, fue recibido con honores militares este viernes por su par colombiano en Bogotá. |
Paula Lugones 18 de agosto de 2018
Una
docena de quirófanos, un millar de camas, equipos de diagnóstico y centenares
de médicos, enfermeras y técnicos: Estados Unidos enviará un buque-hospital de
la Armada a las costas de Colombia para ayudar a paliar el drama
humanitario de los venezolanos que huyen de su país y se instalan en
territorio colombiano.
La
decisión se tomó en el marco de la visita del secretario de Defensa
estadounidense, James Mattis, a Bogotá, luego de un desayuno que este
viernes mantuvo el funcionario en la Casa de Gobierno con el flamante
presidente colombiano, Iván Duque. El jefe del Pentágono culminó este
viernes en Colombia su gira por Sudamérica, que incluyó escalas en
Brasilia, Río de Janeiro, Buenos Aires y Santiago.
La
novedad fue difundida entre los periodistas que viajan con el funcionario
estadounidense, entre ellos Clarín. “Estamos trabajando en los
detalles”, dijo Mattis. Y resaltó que “es una misión absolutamente
humanitaria. No estamos enviando soldados, estamos enviando doctores.
Es un esfuerzo para detener el costo humano del cada vez más aislado régimen de
Maduro”.
El
funcionario estadounidense, un marine retirado de 68 años, dijo que el
presidente Duque estuvo totalmente de acuerdo con la decisión. “Están
desbordando la frontera”, señaló. “Sabemos que no se puede agregar un millón de
personas al sistema sanitario de un país sin que haya un problema”, dijo el
jefe del Pentágono. “Es un problema muy serio y una manera muy específica de
ayudar a nuestros vecinos. Es tiempo de que cuando una democracia está en
problemas salgamos a ayudarla”, remarcó.
Consultado
sobre si el envío del barco podría provocar las tradicionales diatribas
antiestadounidenses del presidente Nicolás Maduro, el jefe del Pentágono
remarcó: “No enviaremos el barco a las aguas venezolanas. El puede decir
cualquier cosa, pero eso no implica que sea verdad”.
Estados
Unidos tiene dos barcos hospitales, el Mercy y el Comfort,
de características similares. Miden unos 272 metros de eslora (largo) y 32 de
manga (ancho) y se trasladan a una velocidad de 17,5 nudos. Puede llevar a
bordo 65 marinos de servicio civil y hasta 1215 miembros del personal médico
naval y civil, que podría provenir de varios países, incluso de la Argentina.
El
buque, que se emplazaría en algún puerto colombiano con fecha aún no
determinada, está diseñado para suministrar ayuda de emergencia para los
combatientes estadounidenses que están en zona de guerra, pero también provee
servicios hospitalarios ante desastres naturales u operaciones humanitarias en
el mundo. El Comfort estuvo el año pasado en Puerto Rico, por ejemplo, para
asistencia a las víctimas del huracán María.
A
bordo tienen 12 quirófanos, 1.000 camas, servicio de diagnóstico digital, un
laboratorio médico, farmacia, servicios de optometría
y dos plantas productoras de oxígeno. Cuentan con una pista especial para que
pueda aterrizar un helicóptero militar de gran escala.
El
Comfort está hoy amarrado en Norfolk, Virginia. El Mercy en San Diego,
California. Ambos tienen una dotación mínima, pero pueden alistarse para zarpar
en cinco días con la tripulación y los equipos completos. No es la primera vez
que un navío de este tipo llega a Colombia. El Comfort estuvo apostado en la
costa colombiana del Pacífico, en 2015, para brindar ayudar sanitaria a la
población de Buenaventura. Es probable que esta vez se instale en las costas
del Caribe, más cerca de la frontera con Venezuela.
El
envío de esta nave permitirá aliviar la delicada situación de los servicios
sanitarios colombianos, que se han visto colapsados por la llegada de más de un
millón de refugiados que escapan de la crisis venezolana. El tema, que
preocupa a Estados Unidos, fue abordado por Mattis en todos los países que
visitó durante su gira. El asunto surgió inevitablemente en Brasil
–que también tiene frontera con Venezuela- Chile y Argentina, donde
también han llegado decenas de miles de personas que escapan del régimen de
Nicolás Maduro.
En la
reunión que Mattis mantuvo con el ministro de Defensa Oscar Aguad, el miércoles
en Buenos Aires, se habló del consenso que existe sobre que la solución de la
crisis venezolana debe ser política y no militar, y la necesidad del envío de
ayuda humanitaria.
Hasta
ahora, Estados Unidos se ha limitado a aplicar sanciones a funcionarios del
régimen de Maduro y congelar sus bienes y cuentas en el sistema bancario
estadounidense. El envío de ayuda humanitaria es un gesto hacia
Colombia, pero también hacia el pueblo venezolano. El tema podría
exacerbar las acusaciones del presidente venezolano, que podría denunciar que
el buque militar es una amenaza para la soberanía de Caracas, un intento de
intervención o algo parecido. Pero Estados Unidos está acostumbrado a los
improperios de Maduro y -Mattis fue claro-, no prestará la más mínima atención
a sus palabras.
La de
Bogotá fue la última escala de la gira por Sudamérica del jefe del Pentágono,
que regresó con su comitiva a Washington por la noche.
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