Noticias ONU 08 de agosto de 2018
La
Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) vio con buenos ojos la reapertura
de la frontera brasileña en Roraima, por la que miles de migrantes venezolanos
cruzan diariamente para escapar a la crisis que azota al país
sudamericano.
Azuzado
por la migración masiva de venezolanos internándose a su territorio, el estado
brasilero de Roraima cerró brevemente su frontera norte para impedir el paso de
más migrantes venezolanos hasta que aquellos que ya se encontraban dentro
fueran trasladados a otros lugares del país. Sin embargo, horas más tarde un
magistrado del Tribunal Supremo brasileño revocó el fallo y reabrió la
frontera.
Unos
117,000 venezolanos han pedido asilo este año, una cantidad mayor que en todo
2017, informó el martes ACNUR.
"ACNUR
celebra la decisión de anoche del tribunal supremo brasileño de
anular una decisión de un juez federal en el estado fronterizo de Roraima para
suspender la admisión de venezolanos al país y cerrar la frontera", dijo
el vocero de la agencia, William Spindler.
Más
venezolanos
En
Ginebra, Spindler agregó que cientos de venezolanos cruzan al norte del estado
brasileño de Roraima, cerca de la ciudad de Pacaraima, todos los
días en busca de seguridad.
Más de
200 venezolanos no pudieron finalizar su registro de inmigración durante el
breve cierre de la frontera el lunes, pero no fueron
deportados y no se produjeron retrocesos, según la agencia de la ONU.
Actualmente, Brasil alberga
a más de 32,700 solicitantes de asilo venezolanos;
otros 25,000 tienen permitido legalmente quedarse en el país,
ya que tienen permiso de trabajo o residencia.
"El
número total de solicitantes de asilo venezolanos este año - esto es
solicitudes de asilo en todas partes - es de 117,000 ... y esta cifra supera la
cantidad total de peticiones realizadas el año pasado", dijo Spindler.
Esta
situación se produce en medio de informes de escasez generalizada de alimentos
y medicinas, inflación en aumento, disturbios políticos y violencia en Venezuela.
Tensiones
en la frontera
Al
señalar las "tensiones" en la frontera entre los residentes de
Roraima y los recién llegados, el vocero del ACNUR dijo que la agencia
continuaría apoyando los esfuerzos para satisfacer las necesidades de los que
llegan a Brasil.
Hasta
ahora, las autoridades han dado tradicionalmente la bienvenida a todas las
personas que necesitan protección y les han proporcionado acceso a los derechos
y servicios básicos, dijo Spindler, agregando que el movimiento entre las
fronteras en América Latina a menudo es muy fluido.
"Hubo
algunas tensiones entre la población local y los venezolanos", recalcó.
"Entendemos que ha habido una gran afluencia en Roraima y es por eso por
lo que estamos ayudando a las autoridades a hacer frente a la situación".
Hasta
la fecha, el ACNUR ha ayudado a más de 800 venezolanos a trasladarse a otras
áreas en Brasil para aliviar la tensión en Roraima, que ha visto la mayor
afluencia de personas que buscan refugio.
Indígenas
vapuleados
La
agencia de la ONU dice que la mayoría de los que abandonan Venezuela por Brasil
y su vecino Colombia necesitan asistencia urgente con
documentación, vivienda, alimentos y atención de la salud que busca
proporcionar trabajando con las autoridades y las organizaciones asociadas.
Entre
quienes han recibido ayuda de ACNUR hay un número creciente de
indígenas que se ven vulnerables debido a la escasez de alimentos.
Entre
ellos se encuentra la familia del líder comunitario de Warao, Eligio
Tejerina, de 33 años, cuyo hijo menor murió luego de enfermar de neumonía.
"Como
no tenían medicina, no pudo recibir el tratamiento adecuado", dijo
Tejerina, de 33 años.
Sus
cinco hijos sobrevivientes ya estaban debilitados y angustiados por el hambre.
Como ya no podían encontrar comida en el mercado local, su única opción era
irse, explicó.
"Decidimos
venir a Brasil porque nuestros hijos estaban hambrientos", dijo.
"Solían llorar de hambre. Tenían solo una comida al día, por la noche.
Solo una pequeña porción ".
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