THE NEW YORK TIMES 13
de agosto de 2018
Su
país está en quiebra económica. El hambre es rampante. La inflación marea y se
espera que llegue a un millón por ciento a fin de año. Los hospitales se quedan
sin medicamentos, equipos e incluso guantes. Sin embargo, mientras millones de
venezolanos libran una batalla diaria por sobrevivir en su país, otros han
encontrado un refugio para su dinero del otro lado del Océano Atlántico, en el
mercado inmobiliario de Madrid.
Al
caminar por Salamanca, un distrito lujoso de la capital española, Luis
Valls-Taberner, asesor de inversiones inmobiliarias, señala un inmueble
recientemente adquirido por algún venezolano acaudalado en casi todas las
calles. Valls-Taberner no revela la identidad de los compradores. Asegura que
algunas propiedades fueron adquiridas por medio de empresas de inversiones con
sede en Miami y otros lugares, pero el dinero en todos los casos provino de
Venezuela.
En
2017, los precios de las viviendas en Madrid se dispararon casi 17%, el aumento
más significativo entre las ciudades españolas. Esto elevó el costo de vivir en
el centro a niveles que no se habían visto desde 2007, antes del estallido de
la burbuja inmobiliaria en España. El distrito de Salamanca, con sus tiendas de
ropa de diseñador y sus restaurantes lujosos, ha estado en el centro del auge,
en parte, gracias a venezolanos ricos. Muchos son opositores al presidente
Nicolás Maduro, que huyeron del caos político y económico que vive su país. Sin
embargo, algunos están ligados a su gobierno y tal vez se encuentran
preocupados por su futuro debido a las sanciones internacionales y el
descontento social.
"A
veces estoy en restaurantes de Madrid y al lado hay gente que me habría hecho
sentir incómodo si la hubiera visto en Caracas", mencionó Leopoldo López
Gil, el padre de Leopoldo López, uno de los políticos que lidera la oposición y
quien está en arresto domiciliario en Caracas, la capital de Venezuela.
Tan
solo en Salamanca, según las estimaciones de algunas empresas inmobiliarias de
Madrid, más de 7.000 apartamentos de lujo ahora son propiedad de venezolanos.
Aunque
una parte del dinero de estas inversiones venezolanas proviene de asociados al
régimen de Maduro, la mayoría es de familias que se hicieron ricas hace
décadas, en una economía cuyo principal activo, el petróleo, fue nacionalizado
en los años setenta.
Diversidad.
"En
Venezuela, las grandes fortunas siempre han estado conectadas entre sí y
dependen de una buena relación con el Estado", afirma Rolando Seijas, el
fundador venezolano de SNB Capital, una firma de inversiones con sede en Madrid
cuyas actividades van desde servicios de seguros hasta una fábrica de
componentes electrónicos ubicada en el sur de España.
De
hecho, algunos venezolanos se han convertido en empresarios exitosos en España:
han abierto servicios de mensajería, restaurantes y tiendas, o han quedado a
cargo de franquicias, como puede ser una cadena de comida rápida.
Los
venezolanos no solo han comprado bienes inmuebles en España, sino también los
han construido. En 2017, la familia Cohén, propietaria de una de las empresas
inmobiliarias más grandes de Venezuela, abrió Sambil Outlet en las afueras de
Madrid, el que se considera el centro comercial más grande de España.
Vínculos.
Ante
la creciente presión internacional sobre Maduro, las autoridades españolas han
reforzado el monitoreo del ingreso de dinero venezolano. Es una tarea difícil,
de acuerdo con lo que señalan algunos abogados, pues los venezolanos acaudalados
siempre han mantenido su dinero en el exterior para contrarrestar los controles
de capital y las fluctuaciones de la moneda.
"España
tiene la obligación de controlar la entrada de dinero, pero los venezolanos
ricos, desde hace mucho tiempo, aprendieron que sus ahorros debían pasar a una
moneda sólida, de preferencia en una cuenta en el exterior", afirma Juan
Carlos Gutiérrez, un abogado venezolano que se mudó a Madrid en diciembre
pasado.
Debido
a los lazos históricos que vinculan a España con América Latina, muchos
venezolanos han utilizado su ascendencia familiar para solicitar el pasaporte
español. Varios tienen familiares que huyeron de España en 1939, después que el
general Francisco Franco ganó la Guerra Civil, mientras que otros han tenido acceso
a un programa de ciudadanía por ser descendientes de judíos sefarditas
expulsados del país en 1492. Los venezolanos también son los principales
solicitantes del programa Visa Dorada de España, que ofrece
residencia a extranjeros que compran una propiedad por valor de 500.000 euros
(US$ 582.000) o más, una medida en vigor desde 2013 para ayudar a revivir la
economía que había sido golpeada por la crisis.
Un
negocio comprado por marca de lujo en 175 millones de dólares
Andoni
Goicoechea escapó de la crisis que golpea a Venezuela, abandonó la carrera de
medicina y optó por mudarse a Madrid, donde fundó Goiko Grill,
empresa que opera 44 restaurantes de hamburguesas en toda España. En junio, una
empresa de capital privado controlada por LVMH —el grupo francés de marcas de
lujo—, adquirió la participación mayoritaria en el negocio, por lo que ahora se
valúa en 150 millones de euros (equivalentes a US$ 175 millones).
"La
prioridad para los venezolanos era tener un hogar aquí, pero ahora se sienten
cómodos en España y se están expandiendo a todo tipo de negocios", comenta
el asesor inmobiliario Luis Valls-Taberner.
A su
vez, los empresarios venezolanos exiliados por voluntad propia, aseguran que
están alentando a sus compatriotas a unírseles en España.
"Si
tenemos que contratar a alguien aquí, siempre buscamos que sea un
venezolano", confiesa Jorge Neri, cuyos activos en España incluyen Cambio
16, una publicación noticiosa. "Aunque no hayamos sido amigos cercanos
en Caracas, ahora compartimos el sentimiento de haber sufrido la misma
tragedia".
Algunos
de los venezolanos que concretaron inversiones en inmuebles aprovecharon la
crisis que sufrió España —en la que recibió un rescate financiero destinado al
sector de la banca—para concretar las adquisiciones a precios bajos.
Hay 280 mil residentes en España
"Madrid
se está convirtiendo para los venezolanos en lo que Miami alguna vez para
nosotros, y lo sigue siendo para los cubanos", comenta Rolado Seijas, un
venezolano fundador de SNB Capital, empresa de inversiones con sede en Madrid,
quien también dirige una asociación de inversión y calcula que en la actualidad
cerca de 280.000 personas oriundas de Venezuela viven en España, de las cuales
casi 120.000 han adquirido la ciudadanía española.
Tomás
Páez, un profesor de la Universidad Central de Venezuela que estudia la
inmigración, señaló que los venezolanos son parte de una comunidad extranjera
de rápido crecimiento en España, pues en los últimos dos años su presencia ha
aumentado más del doble.
Javier
Cremades, un abogado español y presidente de Cremades Calvo y Sotelo, indica
que su empresa con sede en Madrid representa alrededor de 40 venezolanos que
solicitan la Visa Dorada. Cremadas se encuentra en la primera línea del
esfuerzo español por ayudar a los opositores políticos de Nicolás Maduro, como
es el caso de Antonio Ledezma, el ex alcalde de Caracas, que huyó a España en
noviembre pasado. En julio, Ledezma estuvo entre los integrantes de una
asociación que repsenta a residentes venezolanos en Madrid que efectuó un llamado
al nuevo gobierno socialista para que otorgue un estatus especial de asilo a
quienes huyen del régimen de Maduro.
Por
otro lado, miembros de la oposición venezolana han utilizado las redes sociales
para realizar el seguimiento en España de los llamados bolochicos, un apodo
despectivo dado a los jóvenes herederos de la República Bolivariana de
Venezuela iniciada por Hugo Chávez, quien fue presidente desde 1999 hasta su
fallecimiento en 2013.
Militantes
de la oposición han posteado videos que muestran a venezolanos con conexiones
disfrutando de la buena vida en Madrid. Sostienen que sus objetivos incluyen a
familiares de los principales oficiales de las Fuerzas Armadas y de
funcionarios del gobierno.
"Hablamos
de funcionarios del gobierno y sus familias que residen en España, pero cuyos
salarios nunca les permitirían comprar un apartamento de 500.000 euros
aquí", puntualiza el abogado Javier Cremades.
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