Diego Urdaneta 12 de mayo de 2019
El Presidente
(E) Juan Guaidó llamó este sábado a sus seguidores a no caer en la inacción
ante el miedo, en una jornada de protestas en Venezuela para repudiar una
ofensiva del oficialismo tras el fallido alzamiento militar contra el
presidente Nicolás Maduro.
En la
plaza Alfredo Sadel, en el este de Caracas, una zona de mayoría opositora,
Guaidó habló ante unas 2.000 personas, floja asistencia frente a las
multitudinarias marchas que lideró en semanas pasadas en su pugna por el poder
con Maduro.
“Llegamos
al momento histórico: o somos presas del miedo, de la desesperanza, de la
inacción (…) o nos mantenemos unidos en las calles, con esperanza, con fuerza”,
lanzó el jefe parlamentario, reconocido como presidente interino por medio
centenar de países.
Once
días después de la fracasada sublevación del 30 de abril liderada por Guaidó,
que desató una ofensiva oficialista que se saldó con un diputado preso y varios
refugiados o huidos, puñados de personas se congregaron en otras ciudades del
país, mostraron imágenes de la prensa.
“Hoy
le pido a Venezuela que no descansemos un solo día hasta lograr el cambio en
Venezuela. Nosotros no lo vamos a hacer, a pesar de la persecución, del
hostigamiento”, aseveró Guaidó, bajo riesgo de ser detenido
tras perder su fuero parlamentario en abril.
“Todos
tenemos miedo por la represión, pero no podemos quedarnos en la casa”, dijo
a la AFP Melquíades Rosales, un comerciante de 42 años que portaba una bandera
venezolana de “luto”, con el negro reemplazando el amarillo, azul y
rojo.
El
analista Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos, advirtió que si
la “población se desmoviliza, estará entregando la única herramienta
que tiene a su disposición y la única que depende de ella misma”.
¿Resistir hasta cuándo?
Desde
que se proclamó presidente encargado el 23 de enero después de que el
Parlamento declarara ilegítima la reelección de Maduro, Guaidó ha liderado
manifestaciones y llamado a los militares a dar la espalda al líder socialista
para propiciar una transición y “elecciones libres”.
“¿Hasta
cuando podemos resistir como sociedad?”, preguntó este sábado Guaidó,
refiriéndose a la persistente crisis económica y social de Venezuela, la peor
de su historia reciente.
Pero
el heredero político del fallecido expresidente Hugo Chávez (1999-2013), que
dice enfrentar un “golpe de Estado” continuado de la oposición
azuzada por Estados Unidos, sigue contando con el respaldo castrense y de Rusia
y China; apoyo que le permitió sobrevivir al alzamiento, prólogo de disturbios
que dejaron seis muertos.
Por esos
hechos, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de línea oficialista, imputó a
diez diputados, entre ellos Edgar Zambrano, por traición a la patria y
conspiración.
Zambrano,
vicepresidente del Parlamento, fue detenido el miércoles en una operación digna
de una película que incluyó el remolque con grúa del vehículo en el que estaba.
Luego fue ingresado en una cárcel militar en Caracas.
Tres
de sus colegas se refugiaron en las residencias de los embajadores de Argentina
e Italia y otro huyó a Colombia. Los restantes mantienen perfil bajo.
Una
veintena de miembros del Parlamento, única institución en manos opositoras pero
anulada en la práctica por la justicia, han sido objeto de medidas judiciales.
El factor EEUU
La
fracasada rebelión fue coordinada por el exjefe de inteligencia Cristopher
Figuera, denunció el viernes Maduro, tachando al desertor de “topo” de
la CIA.
Figuera,
al que Estados Unidos recompensó por su rebelión con el levantamiento de
sanciones en su contra, y otros 55 oficiales fueron expulsados de la Fuerza
Armada por un decreto presidencial.
“Yo le
digo a las autoridades militares de los Estados Unidos (…): no estamos
pidiendo, estamos exigiendo que se respete la ley”,
expresó este sábado en una alocución televisada el ministro de Defensa,
Vladimir Padrino.
El
jefe castrense reaccionó luego de que Venezuela denunciara que un buque de la
Guardia Costera estadounidense ingresó a aguas bajo su jurisdicción en días
pasados.
En su
discurso, Guaidó anunció que pidió a su representante en Estados Unidos “restablecer
relaciones” con el Comando Sur estadounidense, cuyo jefe, el almirante
Craig Faller, se puso a la orden para discutir un “apoyo” a
jefes militares que desconozcan a Maduro.
Washington,
principal valedor de Guaidó, impuso sanciones para presionar al líder
socialista y dice no descartar una opción militar.
Pero
una intervención extranjera podrá concretarse solo “cuando los aliados
estén dispuestos a dar ese tipo de ayuda, y que esa sea la última opción o la
única que reste a los venezolanos”, dijo Guaidó a la televisión pública
portuguesa RTP.
Venezuela
reabrió el viernes sus fronteras con Brasil y Aruba, cerradas desde febrero
para impedir una operación ideada por Guaidó para ingresar ayuda humanitaria
desde países vecinos. Mantiene cerradas sus fronteras con Colombia y las islas
de Curazao y Bonaire.
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