Marta de la Vega 25 de marzo de 2024
Importante
la advertencia de Robert Dahl en La democracia. Una guía para los
ciudadanos (1999) sobre el uso de la palabra democracia, que
se refiere tanto a un ideal como a una realidad efectiva, que solo es una
realización parcial del objetivo. Ninguna democracia real ha alcanzado a llenar
todos los criterios ideales que la definen en la teoría. Pero ella no es
posible sin instituciones. Las instituciones son reglas de juego que permiten
la gobernabilidad y aseguran la gobernanza, dos términos complementarios sin
los cuales no hay una democracia verdadera sino mera fachada o cascarón vacío.
Para Dahl, las siguientes instituciones políticas de las democracias a gran escala, es decir, de un país democrático, que miden el grado de democraticidad son: I. Cargos públicos electos. 2. Elecciones libres, imparciales y frecuentes. 3. Libertad de expresión. 4. Fuentes alternativas de información. 5. Autonomía de las asociaciones. 6. Ciudadanía inclusiva.